CONFESION, por Alex Mariscal
Hoy no harè preguntas frente a nadie,
caminarè en silencio.
El espejo es la otra cara de la traiciòn.
Busco calles iluminadas para confesarme,
busco mi reflejo en la turquesidad de la niebla.
Muerdo manzanas azules en las madrugadas,
entro a bares donde una pantalla gigante
me muestra un centenar de maniquies sintèticos,
y cines donde las mujeres se visten sobre una barra maloliente.
Descubro pàjaros muetos colgados de la lluvia,
momias ensayando para un concierto,
y peces saltando los semàforos.
Me flagelo en un rincòn del casco antiguo
a la espera de un àngel suspicas que se masturbe
en la enrada de la catedral;
sus gritos de sudor y sangre
daràn fin a mis angustias:
la noche volverà su blancura,
sin espejos, sin respuestas,
entonces serè puro.
Ciudad de Panamà, octubre, 2009.
caminarè en silencio.
El espejo es la otra cara de la traiciòn.
Busco calles iluminadas para confesarme,
busco mi reflejo en la turquesidad de la niebla.
Muerdo manzanas azules en las madrugadas,
entro a bares donde una pantalla gigante
me muestra un centenar de maniquies sintèticos,
y cines donde las mujeres se visten sobre una barra maloliente.
Descubro pàjaros muetos colgados de la lluvia,
momias ensayando para un concierto,
y peces saltando los semàforos.
Me flagelo en un rincòn del casco antiguo
a la espera de un àngel suspicas que se masturbe
en la enrada de la catedral;
sus gritos de sudor y sangre
daràn fin a mis angustias:
la noche volverà su blancura,
sin espejos, sin respuestas,
entonces serè puro.
Ciudad de Panamà, octubre, 2009.
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Camina hacia la luz, tarde o temprano te cegará;
entonces lo verás todo.