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"Marcando el reloj". En memoria a Marcos Abdiel Mendieta Mariscal (Fulo cotizado)

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Bajo el gran árbol de la plaza, Como el agua del río las horas siguen pasando despacio, silenciosas. Un líquido lento avanza por las arterias murmurando sus peligros; un aceite delgado destila de los labios, un vino agrio oprime la lengua, una humedad de serpientes rodea el cuello y un pozo rojo se hunde en el vientre de MARCOS. Una cápsula de pólvora pequeña como un respiro enciende el vientre de Marcos; la pólvora de humedece y deja soltar un seco estallido. El hombre contento bajo el árbol no escucha la oscura palabra que enciende su caja toráxica entibiando el agua de su cuerpo. Fuerte como el árbol de la plaza de los deportes el hombre intenta seguir adelante, pero el pozo profundo de la rojedad ha estallado y el calor se mezcla con las sombras. El árbol que es terco como suelen ser los grandes árboles se alza firme y extiende sus brazos, pide auxilio y abriga el cuerpo del hombre; Sabe que bajo sus ramas un pozo oscuro, más oscuro que la noche, se hunde. El hombre que lleva por

EL ENSAYO ESCÉNICO, por Alex Mariscal

EL ENSAYO ESCÉNICO Por Alex Mariscal (MFA in Theatre) El ensayo es el territorio mágico en el arte de la dirección. Es infinito en sus posibilidades, pero concreto, personal, y limitado por el tiempo. La experiencia del director coartada por el tiempo nunca alcanza para atrapar todos los misterios de este territorio. El único atajo que puede tomar el aprendiz de director es, y es lo que yo mismo a diario intento hacer, tratar de entender los aspectos claves de ese espacio; una especie de bitácora que guíe las rutas de la creatividad. Uno de los conceptos más importantes dentro de este territorio es comprender que entre más humano y concreto es el hecho teatral, más trascendental será la puesta en escena para el espectador; lo contrario también es cierto, entre más complicado y abstracto sea su hecho teatral, mayor simplicidad y confusión crearán para su puesta. Es por ello que debemos crear personajes vitales, con deseos, con virtudes, con secretos, vicios, anhelos, y con defectos pues

POEMA

Te quiero todos los días cada segundo , muchos meses cada hora; Te amo años enteros cada estación. Te quiero en las horas vacías, en el instante que las hojas se suicidan Lanzándose al columpio del otoño. No hay un grano de arena En el reloj de mi cuerpo Que no se precipite hacia tu abrazo; Soy esclavo del cronómetro de tus recuerdos. Voy al sur, al centro me adentro al mar, Marco el mundo con una gota de sangre del cordón umbilical de tus palabras. Los fonemas son un cardumen entre los arrecifes de tus dientes. Voy al sur, al centro. Te veo gritar como una actriz de cine mudo, Como una sábana cimbrada por el viento. Navego en tus sonoridades silabeantes, En el centro de todos tus puntos cardinales.

El teatro:arte sacrificial..

El actor es una especie de autófago, se devora a sí mismo como única forma posible y probable de generar, de dar a luz a ese “otro”: el personaje.El riego de la escena es precisamente el negarse a sí mismo, esa mutilación de la personalidad del actor. En efecto, el dilema más fuerte que confronta él intérprete en su quehacer diario es la crisis de autofagia, y esta crisis quizás sea la experiencia más angustiante y trascendente en el proceso de construir el personaje. El actor puede tener su propia personalidad y sus creencias, pero sólo le sirven en la vida diaria; cuando asiste a una boda, cuando va al supermercado, cuando se encuentra con otro individuo. El personaje, ese fin del actor y del director escénico, tiene su propia personalidad y creencias, y moralidades. No son para nada las del actor. El actor no puede entrar a la escena, ese territorio creativo, y pensar que voy a moldear, adoctrinar, o a evangelizar a mi personaje. ¡NO, NO FUNCIONA! Tiene que negarse a mí mismo

Reseña de obra teatral

La pistola o la envidia del falo Alex MariscalPara El Panamá América "La pistola" es una pieza teatral en un acto que aborda el tema de la violencia doméstica y pertenece a la trilogía escrita en 1978 por Sabina Berman, titulada en su conjunto como "El suplicio del placer". La autora es considerada como una de las más destacadas dramaturgas mexicanas de la nueva generación, con más de cuatro importantes premios de teatro a cuestas; es además, prosista y poeta. El drama que nos plantea Berman no corresponde para nada a la tradicional fotografía o esbozo de una parte de la realidad a la manera, "piece of life" del realismo, sino de una síntesis poética del devenir humano. Cada una de las tres piezas de la trilogía de donde hemos tomado "La pistola", puede muy bien leerse por separado, pero todas tratan sobre un " L, un ELLA, y OTRO ausente", que representan lo medular de la lucha entre el hombre y la mujer en una sociedad aún represora y